Caridad Banacloig Delgado, secretaria dentro del equipo directivo de ISEN Formación Profesional. Presidenta de la Agrupación Musical Sauces.
Usted y su familia están tocando para los vecinos en estos días de confinamiento desde el balcón de su vivienda. ¿Cree que esto ayuda a suavizar el confinamiento?
Pues la verdad, es un aliciente para nosotros, pues tenemos qué pensar qué tocamos cada día (aunque hay veces que no nos ponemos de acuerdo). Además, la música no sale sola, cada tarde hacemos un ensayo de 18.30 a 19.30 para ver cómo adaptamos temas que están escritos para toda una banda, en nuestros cuatro instrumentos. Mi hijo Diego está acabando sus estudios en el Conservatorio superior de música de Murcia y es el que se encarga de ésta difícil labor.
¿De quien partió la idea y qué tipo de músicas tocan?
Empezamos tocando para mi padre, un alegre pasodoble, «Amparito Roca», el 19 de marzo, para felicitarlo por el día del padre, puesto que nos vemos por el patio de vecinos. Al ver la cantidad de aplausos que recibimos, a mi hija Cari se le ocurrió que podíamos hacerlo cada día, después de los aplausos de las 20 horas. Empezamos tocando marchas de Semana Santa, aunque también hemos tocado temas de jazz, el canon de Pachelbel, una canción judía, etc. En Semana Santa buscamos las marchas más representativas de cada día, y para después…. estamos pensando en bandas sonoras muy conocidas y que infundan optimismo, ya tenemos preparada «La vida es bella».
¿Cómo cree que influye la música en estos momentos de crisis sanitaria?
Siempre se ha dicho que la música es el alimento del alma. Y en este tiempo de confinamiento, dónde más de uno está sólo, o sin ver al resto de la familia, es un elemento fundamental. Los vecinos de nuestra calle están encantados, también es un aliciente para ellos y nos esperan cada tarde. Por ejemplo, una señora viuda en el edificio de enfrente, Carmen, nos dice que somos la alegría de cada día en su vida solitaria.
¿Cómo cree que esta circunstancia está afectando a los jóvenes?
Creo que los niños y los jóvenes son los que mejor se adaptan a las nuevas situaciones. En casa tengo a mis hijos de 19 y 21 años y, aunque también tienen sus crisis de desesperación, las nuevas tecnologías les acercan a sus amigos, sus series preferidas, su música favorita, e incluso sus ejercicios de cardio. También aprovechan para estudiar y terminar trabajos pendientes.
¿Qué consejo les da a los alumnos de ISEN?
Sobre todo que se impongan una rutina. No pasar el día en pijama y organizarse tal y como lo harían si no estuvieran confinados. Si todos nos ponemos un horario para hacer cosas, aprovechamos más el tiempo y el día se hace más ameno. ¡Y por supuesto, los días de fiesta, no seguirla, con el fin de que se note el fin de semana!